Total desinterés

Un reciente estudio realizado en Japón sugiere que los gatos conocen sus nombres, pero a diferencia de los perros, prefieren ignorarnos cuando los llamamos.

Astuko Saito de la Universidad Sophia en Japón y sus colegas querían ver si los gatos domésticos podían distinguir entre su nombre propio y otras palabras similares, incluso cuando un extraño los llamaba.

El equipo visitó cafés para gatos, donde las mascotas se mezclan con los comensales y las familias y analizaron la forma en que movían sus orejas, cabezas, colas y patas en respuesta al sonido de varias palabras.

Con su dueño fuera de la vista, hicieron escuchar grabaciones de él mismo, diciendo cuatro palabras con la misma longitud y acento que el nombre de su gato, con 15 segundos de diferencia.

A continuación pronunciaban el nombre del gato. En el experimento, 11 de cada 16 gatos mostraron una caída en la actividad entre la primera y la cuarta palabra que se pronunciaron, lo que sugiere que se estaban acostumbrados a las voces que oían en las grabaciones.

De esos 11, nueve reaccionaron cuando se pronunció su nombre. Los gatos que no reaccionaron a las palabras fueron excluidos del análisis.

Cuando Saito realizó la misma prueba con la voz de un extraño, esta vez con 20 gatos, 13 de ellos reaccionaron al oír sus nombres.

Entonces ¿por qué los gatos no siempre vienen cuando se les llama? Saito responde que “Sencillamente nos están ignorando, ellos entablan una comunicación solo cuando quieren, así son los gatos” concluyó.

 

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