¿Por qué los huracanes llevan nombres de personas?

Originalmente se utilizaron nombres de la mitología griega y romana para identificar huracanes, tornados y tormentas tropicales. Posteriormente se los identifico con nombres de mujer. A partir del año 1979, por presiones de activistas feministas, también se incluyen nombres masculinos para identificar estos fenómenos.

Asignarle un nombre femenino a un huracán o ciclón o tormenta tropical fue obra del meteorólogo británico Clement Wragge en 1887 quien utilizaba con nombres mitológicos para identificarlos.

En 1922, con la muerte de Wragge, estos fenómenos naturales fueron nombrados por su ubicación o por las regiones que azotaban (Ej.: El tornado de los 3 estados en Estados Unidos).

Durante la Segunda Guerra Mundial, meteorólogos del ejército de Estados Unidos “reflotaron” la práctica de Wragge nombrando tormentas tropicales con el nombre de sus novias y esposas.

En 1954 el gobierno de Estados Unidos adoptó oficialmente la tradición de nombrar las huracanas y tormentas con nombres de mujeres, práctica a la que se unió Nueva Zelanda y Australia.

Según un estudio realizado en 2014, los huracanes con nombres de mujeres son percibidos como una amenaza menor que aquellos con nombres masculinos.

Tras fuertes presiones por parte de activistas defensores de la mujer, en 1979 el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos y la Asociación Meteorológica Mundial (OMM) comienzan a utilizar nombres femeninos y masculinos para identificar estos fenómenos.

Con el paso del tiempo se eligieron los nombres según las regiones donde se generaban con el fin de representar mejor las lenguas y poblaciones. Los tornados o ciclones que se generan en la cuenta del Pacifico Central llevan hombres hispanos, dado que esas tormentas tendrán mayor impacto en México y Centroamérica, y casi ninguno en Estados Unidos.

Actualmente, un comité internacional de la Organización Meteorológica Mundial ha elaborado una lista en la que figuran los nombres de los huracanes que se presentarán en un lapso de seis años.

La lista está compuesta por 21 nombres propios cada año, uno por cada letra del abecedario. Las letras Q, U, X, Y y Z, fueron omitidas dado que son pocos nombres los que comienzan con ellas.

Fotografía: Pixabay, WikiImages / CC0 Public Domain

 

 

Autor